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La pedagogía crítica y la contextualización de la enseñanza
Por: Mónica Borja
La pedagogía crítica encuentra su sustento en la teoría crítica. En la escuela de Frankfurt los intelectuales y filósofos polemizaron sobre la fuente del conocimiento. El carácter puramente instrumental del conocimiento fue enfrentado al conocimiento como fuente de liberación, como elemento indispensable para descubrir los significados que se esconden detrás de los grandes discursos. La teoría crítica inventó una nueva manera de leer la realidad, capaz de responder a las problemáticas sociales del mundo moderno; esta corriente se ha constituido en un punto de referencia en la búsqueda de una educación desde el enfoque crítico. Surgió, entonces, la pedagogía crítica como una pedagogía respondiente , porque implica una reacción generada desde una reflexión consciente y responsable, la cual desencadena una acción dirigida a rebelarse contra las causas que provocan una situación que se considera carente del beneficio esperado. Muchos autores han dedicado sus reflexiones a este tema, como McCarthy (1995), Carr y Kemmis (1988), Guirox (1997), Rodríguez Rojo (1990, 1991, 1992), Martínez Bonafé (1987) y Giroux y Flecha (1992).
De acuerdo con lo expuesto por McLaren (1997), a continuación señalamos algunas características que se le asignan a la pedagogía crítica:
• Entiende la educación como un proceso de negociación que facilita la comprensión de los significados de la realidad. De ahí la importancia de la formación de la autoconciencia, que convierte a la comunicación biunívoca en un proceso de permanente construcción de significados que se apoyan en las experiencias personales.
• Está encaminada a la transformación social en beneficio de los más débiles. La educación como acción emancipadora debe considerar las desigualdades sociales existentes en el mundo globalizado, así como adquirir un compromiso con la justicia y la equidad y con la emancipación de las ideologías dominantes.
• Apuesta por la autonomía y el autofortalecimiento. Debe permitir a los profesores, y a la comunidad educativa en general, identificar las limitaciones y potenciar las capacidades de tal forma que éstas sean la base para la autosuperación.
Entre los elementos que requiere la pedagogía crítica se pueden señalar los siguientes: la participación, la comunicación, la significación, la humanización, la transformación y la contextualización. Continuaremos nuestra disertación analizando este último aspecto.
Antes de seguir este análisis es preciso aclarar lo que asumimos como contexto. Comprende el espacio geográfico o espacial donde el individuo realiza sus acciones; también contempla las redes de significados –espacios culturales que incluyen elementos históricos, religiosos, sicológicos, ideológicos, etc.– que reconocen y aceptan los sujetos que comparten un mismo espacio físico. El contexto le da significado a las relaciones que se establecen en un grupo: la interpretación del mundo a partir de las “lecturas” personales de la realidad y enriquecidas en la interacción con los demás potencian el carácter social del sujeto que interactúa con su mundo (Segovia, 1997).
Según Noam Chomsky (2002), lo que un individuo interioriza a través del proceso de socialización –las representaciones internas– depende del contexto en el que éste está inmerso (familiar, social, cultural y educativo). Cada individuo interactúa e interpreta de diferente manera la realidad en la que vive; esta interpretación se basa en las representaciones internas que construye. Según sean estas interpretaciones, así serán las actuaciones que realice; por ello, un individuo es más competente en la medida en que sus representaciones internas favorecen una mejor actuación sobre su vida. Al respecto, Lundgren (1992) y Pérez Gómez (1998), entre otros autores, consideran que la educación debe tener presente estas relaciones y determinar cómo las condiciones estructurales de la sociedad influyen en el proceso educativo.
Una educación contextualizada utiliza el entorno como recurso pedagógico (Fernández y Justicia, 1987; Harlen, 1998). Una educación contextualizada será aquella que motive las relaciones del conocimiento con el contexto real del individuo y que lleve al conocimiento más allá, examinando las situaciones de otros contextos, analizando sus contradicciones y encuentros.
En nuestro análisis hemos insistido en el sentido que recobra la educación cuando se enfrenta al contexto; no obstante, en algunas ocasiones la realidad evidencia la existencia de procesos de enseñanza desconectados del contexto, que no motivan la reflexión crítica sobre la realidad social del entorno; sólo en algunas ocasiones intentan establecer algunos vínculos, que se limitan a esfuerzos aislados que no transcienden a la reflexión ni a la toma de posturas ante las diferentes problemáticas de la región y el país.
*Licenciada en Educación con especialidad en Biología y Química. Doctorado en Diseño Curricular y Evaluación Educativa de la Universidad de Valladolid (España). Especialización en la Enseñanza de las Ciencias de la Universidad del Atlántico. Docente del Programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil de la Universidad del Norte.
Bibliografía
Chomsky, N. ( 2001). La (des) educación . Barcelona: Síntesis.
McLaren, P. (1997). Pedagogía crítica y cultura depredadora. Políticas de opresión en la era postmoderna. Barcelona: Piadós.
Pérez Gómez, A. I. (1998). La cultura escolar en la sociedad neoliberal. Madrid: Morata.
que tal oscar giovany me alegro y lo veo muy dedicado y juicioso. yo en cambio mas lento y creo que hasta perezoso, ademas poco practico en estas actividades de sistemas pero ahi voy aflojando. lo felicito por su ensayo. tome un enlace pero me salio una programacion de actividades para mayo en la u de antioquia. usted estudia algo alli? tambien veo algo de uninorte
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